Los English Summer Camps y los English Winter Camps son jornadas de inmersión en el inglés -propiciadas por el Programa Inglés Abre Puertas del Ministerio de Educación- que brindan a estudiantes la oportunidad de practicar el idioma en contextos reales, a través de actividades lúdicas y trabajo en equipo.
Geraldine Lara, Bastián Palacio y Sebastián Arriagada son tres ex campers que, tras su experiencia con la iniciativa, decidieron ser monitores. Puede conocer más sobre sus historias en la siguiente nota.
Geraldine Lara
“Durante toda la enseñanza media me gustaba el inglés, pero cuando participé en los camps me enamoré del idioma. Entendí que saber inglés servía para comunicarse con mucha gente. Además, en el colegio les enseñaba a mis compañeras y me resultaba muy fácil, así me fui encantando con la pedagogía”, cuenta Geraldine, quien al salir de cuarto medio decidió mezclar las dos cosas que más le gustaban, y asegura que al estar dentro de la carrera se dio cuenta de que había escogido bien. Tanto, que ha participado en más de 5 campamentos como facilitadora y monitora, con la motivación de orientar, apoyar y ayudar al equipo y los para que los campamentos de inglés queden como un recuerdo inolvidable y más personas se motiven a participar.
Como estudiante, Geraldine participó de un Winter Camp en el 2011 (cuyo lema era “No bullying”) y un Summer Camp en el 2012, que tenía como tema “Go green, rock on”. En el National Project, su actividad favorita, pudieron grabar un video relacionado a la basura y a la poca conciencia que se tiene sobre cuidar el planeta. “Me gustó mucho hacer esa actividad, recuerdo que al final del video decíamos `we are what we create but we can change’. Esa frase me marcó mucho porque se puede extrapolar a otros ámbitos de la vida, y cuando se es adolescente uno necesita palabras de aliento”.
Sobre la importancia de los camps cuenta que, si bien en un principio era muy tímida, una vez en el campamento logró perder la vergüenza y comunicarse en inglés. “Los voluntarios me ayudaron a entender que estaba bien cometer errores porque estábamos ahí para practicar. Esto es lo fundamental para mí, poder darles a los campers la confianza para intentar hablar en inglés, aunque sea un poquito cada día, para que se den cuenta que la mejor manera de mejorar es al intentarlo”, cuenta Geraldine.
Bastián Palacio
Bastián Palacio es profesor, y a lo largo de sus estudios escolares (2008-2011), asistió a siete campamentos en total. Recuerda que hacían muchas salidas a terreno como al Cerro San Cristóbal o al bosque y lo que más extraña son los Talent Shows, espacio en el que las diferentes secciones (teams) mostraban alguna presentación, obra o baile, en un ambiente de fiesta.
El ex camper nos cuenta que una de las cosas que más lo ha marcado fue “el sentido de grupo, de inclusión, resulta un ejemplo pedagógico que intento replicar hasta el día de hoy. Todos compartiendo, hasta voluntarios y profes sentados almorzando con nosotros, son lindos recuerdos. Tema aparte es haber conocido a varios de mis mejores amigos en mi etapa como camper”.
Bastián ha participado como monitor de los Coding Camps desde sus inicios, en verano 2017, y asegura que su principal motivación para ser monitor es querer que las personas tengan las mismas oportunidades que él tuvo y al mismo tiempo, poder “dar algo a cambio”. Es por esto, que busca incentivarlos, hacer que valoren la iniciativa, para que esta se proyecte en el tiempo: “la Educación de calidad la construimos entre todos, y este es el mejor ejemplo chileno”.
Sebastián Arriagada
A pesar de reconocer que nunca había sido bueno en el idioma, el English Winter Camp 2009 fue el motivo por el cual Sebastián decidió arriesgarse a estudiar pedagogía en inglés, ya que en él adquirió más confianza, personalidad y con esto se logró empoderar del idioma. Dentro de la carrera también pudo participar de la Beca Semestre en el Extranjero, que le permitió mejorar aún más su nivel y conocimientos.
Una vez que ya se encontraba impartiendo clases, decidió volver a los camps en el año 2014, pero esta vez como monitor, ya que quería centrar experiencias de campamento enfocadas en los alumnos y además, sentía que era importante darle continuidad al proyecto y “devolver la mano”.
Sebastián se enteró de los campamentos gracias a su profesora de inglés Silvia Estay, cuando estaba en tercero medio. Alcanzó a participar de dos campamentos (2010) y dice que los recuerdos que tiene más marcados eran las cosas más simples: “participar en un campamento del PIAP significa tener la posibilidad de interactuar con personas de distintas partes de la ciudad al igual que de distintas partes del mundo. Así que uno de los recuerdos más marcados de los campamentos, aunque puede sonar muy trivial, fue una conversación”.
De los campamentos, recuerda los juegos que realizaban constantemente y las salidas a terreno. Asegura que una de las mejores cosas es que allá todos podían ser ellos mismos, y que eran valorados por ello; “el valor humano de quienes participaron en esos campamentos era algo que sin duda marcaba.
“Lo que más le transmito a mis cursos, todos de primer ciclo, es la importancia de comunicarnos. Siempre parto el año recordando o enseñando el cómo preguntar y responder preguntas que son esenciales en la vida. Por eso me gusta impulsar el habla, porque de no ser así, el idioma sería sólo en una dirección, cuando en realidad se mueve en todas las posibles”, señala Sebastián, quien además dice que es importante transmitir a los estudiantes que “los campamentos son una oportunidad para conectar con distintas realidades y personas”.
A continuación, algunas fotografías de los ex campers y actuales monitores:
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