Entrevista con Jeffer Bruyer, participante del concurso Puente Chino 2017

Viernes 05 de Enero, 2018
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Samira Padilla y Jeffer Bruyer son dos estudiantes de educación media de establecimientos municipales, que forman parte de la iniciativa de enseñanza de chino mandarín del Ministerio de Educación. El 2017, ganaron el concurso Puente Chino a nivel nacional, lo que les permitió viajar a China por 17 días en el mes de octubre, para representar a Chile en el concurso mundial.

 

En la Yunnan Normal University, provincia de Kunming, compitieron junto a otros 318 estudiantes procedentes de 96 países. Con el lema “Learn Chinese, Double Your World”, el concurso organizado por el Gobierno Chino, evaluó el dominio general del idioma, conocimientos en cultura china, chino hablado y capacidad de aprender el idioma durante la competencia.

El equipo chileno tuvo como resultado 79.48 puntos, quedando como sextos en América Latina. Esto significó un récord para Chile, que en años anteriores no había alcanzado un puntaje similar, según indicó Du Jingzhe, la profesora que acompañó a los estudiantes durante su participación en China. Cabe destacar que Chile es el único país en la región que imparte clases de chino mandarín en establecimientos de la educación pública.

El Programa Inglés Abre Puertas conversó con ambos estudiantes sobre su experiencia al participar de este concurso. A continuación, podrá revisar la entrevista con Jeffer Bruyer, de 17 años, quien este año cursará cuarto medio en el Instituto Nacional José Miguel Carrera.

¿Cómo fue la experiencia de conocer China?

Esta ha sido una de las experiencias más gratificantes que he tenido. El chino me sirvió mucho para acercarme a la cultura de ese país, para conocer sobre cómo son los chinos, cómo viven, qué cosas hacen a diario, cómo son sus supermercados, qué se yo.

Fuera del concurso realizamos muchas actividades: conocimos La Muralla China, la Ciudad Prohibida en Beijing y el Bosque de Piedras en Kunming. También visitamos una fábrica de robots y un colegio. Tuvimos que entrar a una clase, a mí me tocó entrar a química y me hicieron participar.

También tuvimos la oportunidad de pasar dos días completos con familias chinas (una cada día). La idea de eso era conocer sus costumbres. Nos llevaron a algunos lugares y nos enseñaron muchas cosas, como la ceremonia del té, con sus máquinas e implementos. El té ni siquiera necesitaba azúcar, era demasiado claro e intenso. ¡No hubo día en que no tuviéramos actividades!

¿Cómo fue el intercambio con estudiantes de otros países?

Lo que más me gustó fue tener la posibilidad de compartir con personas de todo el mundo y tener en común el chino mandarín. Allá hablábamos en español, en chino, en inglés; no hubo alguien que no conversara con otra persona.

Hacer amistades sirvió para hacer menos tenso el ambiente del concurso. Cuando uno salía de concursar, te esperaban y te recibían como “hola, ¿cómo te fue?” y se ponían a conversar. Antes de subir al escenario, te deseaban suerte; en ningún momento tenías por qué ponerte nervioso.

Al principio, en Beijing habían como 10 buses y estábamos separados por continente. En el nuestro había gente desde Canadá hasta Chile. Primero nos hicimos amigos de los latinos, porque hablaban español, pero en Kunmig nos mezclaron y empezamos a compartir con más personas. Me tocó alojar con niños de Países Bajos y Croacia.

De los amigos que he hecho, sigo hablando con varios, por ejemplo un niño de Burundi, una niña de Rumania y una de Azerbaiyán, que tiene 14 años y habla como 5 idiomas. Muchos planean juntarse en China nuevamente en un par de años, varios quieren estudiar allá.

¿Qué actividades tuvieron que realizar en el concurso? ¿Sobre qué temas hablaste?

Dentro del concurso en sí teníamos que dar un discurso, hacer un diálogo sobre un tema que nos pasaban allá, una presentación artística y rendir una prueba sobre cultura china. El tema que nos tocó igual era complicado (“si fueses con un amigo a un restaurant chino ¿Qué platos te gustaría elegir?”) pero logramos sacarlo adelante.

Fue divertido porque al principio la Samira me caía mal, y después terminamos siendo amigos, por juntarnos tanto tiempo, almorzar y compartir cosas en común. Para la competencia hicimos una historia y tratamos de meter una parte emocional. En el escenario nos abrazamos y salió super bien.

¿Cómo ha sido para ti aprender chino?

Yo creo que es la mejor opción que pude haber tomado; aprender chino me ha abierto miles de puertas. Además he podido tener otras actividades. Pude presentar mi discurso frente a las autoridades en el lanzamiento de la Chileweek y, como para la presentación artística de Puente Chino hice la danza del león, me llamaron luego para hacerla en una fiesta de fin de año en un hotel.

Entonces, eso me ha abierto un mundo gigante. Me ha ayudado a hacerme muchos contactos, me dio la posibilidad de viajar a China, que es algo que nunca se me va a olvidar. El chino mandarín realmente no es tan difícil como parece, así que yo creo que atreverme a elegirlo fue lo mejor.

¿Qué te pareció haber ganado una beca para estudiar un semestre de mandarín en China y cuándo piensas tomarla?

La verdad es que cuando nos pasaron esos cartones con la beca, fue super emocionante. Con mi familia estábamos en el bus y mi profe nos grabó en ese momento celebrando. Es como fruto del esfuerzo de la Samira y mío, que logramos llegar a China. Si bien no ganamos el concurso, hemos sido los chilenos que más lejos han llegado y a los que mejor nos ha ido.

Pienso tomar la beca después de terminar cuarto medio, lo antes posible, cosa de avanzar con mi chino mandarín. Después, no sé, estudiar una carrera que tenga que ver con idiomas y aprovechar mi chino mandarín, obviamente.

A continuación, una galería de fotos sobre la experiencia de Jeffer y Samira.

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Ver video de Jeffer en entrevista durante el concurso nacional: